“Nadie es dueño de la multitud aunque crea tenerla dominada.”
Eugene Ionesco
La crisis económica ha producido un cambio en la mentalidad de la mayor parte de nuestra sociedad; un cambio, que ha afectado en gran medida al modo en el que establecemos las relaciones sociales y económicas. De este modo, nos encontramos ante un cambio de paradigma innovador y disruptivo que está afectando a múltiples sectores. En una sociedad como la española, en la que el sentimiento de propiedad se encuentra tan arraigado, parecía difícil prever hace tan solo unos años, que parte de las expectativas para la recuperación económica pudieran estar centradas en modelos de consumo colaborativos.
Así es. La economía colaborativa ha llegado para quedarse. En nuestro país, según señalan desde Sahring España – colectivo que analiza el impacto de este modelo económico – , ya suman 500 las startups que se han apuntado a esta nueva forma de emprender basada en compartir bienes y servicios.
Impulsada por la digitalización y amparada por una ciudadanía cansada de abusos, su ascenso parece imparable. Los datos demuestran que ya no es una tendencia, sino una realidad. Según publicaba The Economist hace apenas una semana, el crowdfunding incrementó sus cifras en más de 16 billones de dólares en 2014, siendo el empresarial el sector que experimentaba un mayor incremento.
Un ejemplo de su ascenso lo encontramos en nuestro país en la campaña de crowdfunding, promovida por Pedro J. Ramírez, mediante la que el diario El Español ha recaudado 3.606.000€. Cifra sin precedentes en España que, sin duda, servirá de inspiración para futuros proyectos.